Sobre el Templo de San Francisco en San Miguel de Allende

El templo de San Francisco, en San Miguel de Allende, es una joya arquitectónica del siglo XVIII. Se trata de un ejemplar magnífico de la arquitectura sacra y el patrimonio cultural de este destino, de estilo churrigueresco, que ostenta una estética detallada pero en equilibrio. En este artículo, Hotel Real de Minas San Miguel de Allende te relata la historia del templo de San Francisco; así como te cuenta que hace a su arquitectura única.
Historia del templo de San Francisco en San Miguel de Allende
La construcción del primer templo de San Francisco en San Miguel de Allende dio comienzo en 1606, año en que la Orden de San Francisco regresó al entonces San Miguel el Grande. En el inicio, la capilla y convento anexo fueron consagrados a San Antonio de Padua, sin embargo, la obra inconclusa fue interrumpida en 1638, y no fue retomada hasta 42 años después en 1680. Fue por gracia de la vox populi que el templo terminó siendo llamado “de San Francisco”, seguramente por identificación con la Orden encargada del mismo. Al complejo conventual se le conoce en nuestros días como “de la Tercera Orden”.
La idea original de la arquitectura correspondía al estilo sobrio y prolijo del renacimiento español. En la segunda etapa arquitectónica, la construcción fue retomada con ideas que se suscribían al estilo barroco, extendiéndose hasta 1713 cuando se volvió a bendecir el altar principal. Fue en este año cuando se le hicieron algunas reformas a la fachada principal destacando la colocación de la espadaña que sirve de campanario a la iglesia. El templo de San Francisco original fue demolido en algún momento del siglo XVIII.

Hacia el siguiente siglo, el convento fue restaurado y el templo reconstruido. La ubicación y dimensiones del actual templo de San Francisco permitieron que la rinconada anexa funcionara como atrio, delimitado por una barda almenada. Gracias a la ayuda de sanmiguelenses se mejora y amplia el convento y se construye la primitiva iglesia de San Francisco, colocada con respecto al convento de tal forma que contigua una rinconada que funcionaba como atrio, con dos arcos de ingreso: uno al sur, que comunicaba con la calle de San Antonio San Francisco y otro al oriente, comunicando con la calle de Juárez. Cabe destacar que la entrada oriente cumple una tradición franciscana de orientar un acceso en dirección a la tumba de San Francisco.

Arquitectura del templo de San Francisco en San Miguel de Allende
El templo de San Francisco es un ejemplo estelar de la arquitectura virreinal de San Miguel de Allende. La torre del campanario fue realizada por Francisco Eduardo Tresguerras, afamado arquitecto, con un estilo neoclásico en boga para el siglo XIX. La cúpula revestida de azulejos armoniza elegantemente con todo el conjunto gracias a sus amplios ventanales, que además brindan abundante luz al interior del tempo.

La fachada es una creación espléndida e inigualable, en cantera rosada contrastando afablemente con la piedra arenisca de los tabiques, que a partir de pilares estípites ostenta un relieve artístico de rítmica simetría, presentando la figura de diversos santos. Es interesante destacar que, a pesar que los archivos sobrevivientes de la época no consignan quién fue el arquitecto que dio forma a la magnífica portada, los expertos creen que se trata de Lorenzo Rodríguez; debido a que el estilo es demasiado semejante, por no decir idéntico, al de construcciones que Rodríguez llevó a cabo, como el Sagrario de la Catedral Metropolitana en la Ciudad de México, o la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, en la ciudad de Dolores Hidalgo, así como el Templo de La Valenciana en Guanajuato capital.



El bello remate del frente del templo de San Francisco hace juego con el cupulín ochavado en forma de globo, sobre el que se yergue una cruz patriarcal de doble brazo y su obligada veleta dieciochesca, en sintonía con los arcos de medio punto. Los santos católicos que están representados en la cantera son: San Fernando de Castilla, San Buenaventura, Santo Tomás Moro, San Luis Rey, San Pascual Bailón, Santa Isabel Reina de Portugal, San Lorenzo de Brindicci, San Pedro Regalado, San Francisco Solano y San Antonio de Padua.
